Descrição
En el comienzo del siglo xx el arte, templo donde se guardaban celosamente los más severos signos conductuales de regímenes, sociedades y políticas, había literalmente estallado, como el viejo Partenón, convertido en polvorín griego y volado por una granada veneciana en 1691 durante el asedio de Atenas. Curiosamente, apenas se produjo ese gran silencio que sucede a toda declaración cataclísmica.