Descrição
Difícilmente habría acuerdo si se planteara la cuestión sobre qué es más importante en los repertorios líricos: ¿la música o la poesía? Una y otra - desde la oralidad - han nacido juntas. Si el músico colorea el poema y le da alas, el poeta construye la razón de las letras de las canciones que los cantantes interpretan como salidas de su corazón. Poetas y músicos rivalizan por el éxito de lo que – una vez imbricado – difícilmente puede vivir separadamente, y si poesía o música inician un camino en solitario, siempre hay alguien que recuerda, que antes iban juntas y que la memoria las une en una materialidad que queda en el cerebro de aquellos que la escuchan. Solo con una única vez que hayan ido juntas es suficiente para crear un matrimonio indisoluble. La imposibilidad del divorcio entre la poesía y la música radica, no en sí mismas, sino en la memoria del auditorio. Lo que cabe preguntarse es cuál es la capacidad de poesía y música para hacer que ambas se alojen en la memoria del auditorio de manera natural, fácil y sin esfuerzo, y que esta información resida en el cerebro de los individuos. La obra lírica, pues, alcanza el éxito cuando permanece en la memoria de los oyentes sin que, a menudo, éstos puedan olvidarla. Es decir que la obra lírica tiene la virtud de transgredir la voluntad de las personas.
